LA IMPERIAL NOBLEZA DE UN CENTRAL.
El curso futbolístico que tocaba a su fin hace algunas semanas, fue para nuestro club el de un optimista punto de inflexión. El “pago del peaje” que siempre conlleva la incorporación, necesaria y ya que pedía paso, de una nueva hornada de jugadores jóvenes y del pueblo con ganas e ilusión, pero necesitados, lógicamente, de “hacerse” a un fútbol federado al que se asoman por 1ª vez, dados los muchos años sin equipos de cantera en la localidad.
Esta temporada del renacer, como decíamos, que también ha tenido sus “brotes verdes” conduce al club a un año bonito y significativo. Excepción hecha del parón por la pandemia, en el Pablo López nos adentramos en plena cuenta atrás hacia nuestro DÉCIMO ANIVERSARIO con momentos protagonizados, en el campo, por quienes siguen en el club desde su creación, combinando, además, las facetas de jugadores y directivos. Nombres propios de una inquebrantable lealtad que tienen más mérito en una sociedad como la actual, en la que la vinculación altruista a cualquier causa es cada vez menos frecuente o, directamente, brilla por su ausencia.
En esa parte de la competición en la que la reacción pareció posible, un campo con solera en la comarca como el de La Tejera fue protagonista de uno de esos goles que no se olvidan. Uno de nuestros capitanes, Copado, se elevó a la salida de un córner para, marcando los tiempos en el aire, lograr un gol de superior categoría y dar una victoria más beneficiosa en lo anímico que en lo clasificatorio. Un gol tras un salto, imperial y noble, que recuerda al que nuestro mismo defensa consiguió hace casi 10 años en un encharcado Municipal de Belalcázar para, en aquella ocasión sí, conseguir “sobre la bocina” evitar despedir la liga en lo más bajo de la tabla. 2 jugadas casi idénticas, con casi 10 años de diferencia, ambas con la firma de un jugador que sigue vistiendo de azul cada domingo con la ilusión del primer día. 2 golazos para casi una década en el ATLETI de sus amores.
De casta futbolera de esas que dicen “de las buenas” (Copado es un apellido con sabor a fútbol en Cardeña y sus aldeas) Antonio ha “mamado” en su casa familiar esa cultura participativa tan preciada en cualquier pueblo pequeño. Con su padre (aquel potente extremo derecho de la Agrupación Deportiva que empequeñecía el 10 de su camiseta a base de virtudes futbolísticas) y su tío (el superlativo Copín) como referentes deportivos más cercanos, la trayectoria de Antonio Copado en nuestro club es la de la readaptación constante a las circunstancias que se han ido presentando a lo largo de las distintos periodos durante estos dos lustros de meritoria existencia. Y es que, con esa predisposición a ver lo positivo de cada circunstancia, el más clásico de los defensas azulillos las ha visto y vivido de todos los colores (la mayoría, no precisamente positivas), sabedor de que en esa actitud puede estar la clave de la supervivencia de cualquier equipo humilde.
Decidido a sumar en esta nueva etapa de un relevo generacional, Copado se maneja en el difícil equilibrio entre las decisiones fuera del campo y el rendimiento y consejos a sus jóvenes compañeros dentro del mismo (los Víctor, Guille, Abel, hnos. Martínez, y compañía) con la innata naturalidad de la gente sencilla y verdadera.
Girando hacia lo personal, al habitual dueño de nuestro dorsal número “3” se le acerca este 10º aniversario rozando la felicidad total, con su vida llena de pañales. Se une, en esta faceta, a los Frasco, Repullo, Dani, Matu, Javi Merchán etc. Y a quienes están “al caer” (caso de Carletes). Jugadores, a quienes tantas alegrías recientes debemos asumen, ahora, encantados, su nuevo rol en la sociedad (suya y nuestra) en que han elegido, orgullosos, vivir. Futbolistas de ayer, padres de hoy, para seguir sumando a su tierra.
Presente y futuro, deportivo y vital, en torno a la figura de un buen jugador y mejor persona. Trayectorias, como la suya, que invitan a pensar que hay ATLÉTICO y CARDEÑA para rato. Que así sea.
ÁREA DE COMUNICACIÓN.
JUNTA DIRECTIVA DEL ATLÉTICO CARDEÑA CF.
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