DEFENSIVAMENTE....DE ENHORABUENA
Recién concluida una segunda temporada cuyo principal logro ha sido el de la consolidación, parece conveniente hacer balance deportivo. Y es innegable que, en lo que a lo visto sobre el campo se refiere, por los mentideros futbolísticos cardeñosos y entre la afición, queda el dulce sabor de unas Semifinales que permitieron recuperar una ilusión de grandes citas largamente anhelada en Cardeña y sus aldeas. De hecho, se llegó a soñar con una final, cuyas posibilidades de pasaporte quedaron dilapidadas en un partido de ida para olvidar. La ingratitud del fútbol habría de querer que un Pablo López lleno a rebentar, tuviera que ver cómo un adversario más hecho a estas citas y un arbitraje cuya desvergüenza, descaro e indignidad no merecen ni el modesto e ingrato recuerdo de estas líneas, se encargaran de ir mermando unas posibilidades que atendiendo a la igualdad de los equipos, no dejaron de ser más reales de lo que reflejó el marcador.
Pero anteriormente a esto, había bajado el telón un campeonato de Liga en el que la repetición de posición en la parte baja de la tabla clasificatoria, no podía ni debía empañar una serie de datos tan positivos como fomentadores de un medido optimismo de cara al futuro. El primero, y probablemente de lo principal, la solidez y fortaleza como local que, seguramente, debio concretarse en una mayor cosecha de puntos. Sólo la extraña y gran cantidad de empates, en una Liga tan corta, evitaron lo que hubiera sido una lógica matemática. Y es que el feudo blanquiazul ha sido este año un "templo" que tan sólo El Viso, Recreativo Pozoblanco y Villanueva B se atrevieron a profanar. Y parte de esta enorme mejora como local ha estado basada en la fiabilidad de la zaga blanquiazul.
La que ha sido la línea más nutrida de efectivos de la plantilla churra ha mantenido más que un aceptable nivel durante las competiciones oficiales, apurando sus márgenes de mejora.
Con los puntuales errores comprensibles, especialmente en categorías aficionadas cuando de los mismos o más graves no se libran ni defensas mundialistas, pero cuyo análisis no se debe rehuir en busca de una permanente mejora, ya desde los partidos de probatura, el cuerpo técnico azulillo ya preveía en pretemporada una solvencia atrás que la temporada ha ido confirmando hasta los límites de lo innegable, en muchos encuentros.
De la presentación oficial de la plantilla, la mejor afición de esta categoría podía esperar en su línea de zagueros mucha continuidad presuponiendo la lógica mejora y madurez al haber pagado el peaje de una dura "temporada de bautismo futbolístico" y novedades en una serie de nombres que apostaban más músculo y presencia (con Javi Valverde, por ejemplo) o el impagable bagaje de muchos años y etapas previas de fútbol (caso del veterano Javi Pozuelo). Si algo pudo sorprender, sin duda, fue la ubicación de un felizmente rescatado y polivalente Frasco, al que nadie podía evitar mirar desde la más absoluta incredulidad en su posición de central.
Nada más lejos de la realidad, la última línea churra va a ir adquiriendo una especie de idiosincrasia propia, basada en la solidaridad y el sentido colectivo que le va a ir dando una solidez pasmosa, excepción hecha de algún "accidente futbolístico" cuyo recuerdo no es ni beneficioso evocar. Una solidez que se va a contagiar hasta a aquéllos que deben ocupar esas posiciones en partidos puntuales y no desentonan en nivel.
En un equipo y una categoría caracterizada por los obligados y permanentes cambios en las convocatorias y alineaciones (ante la obligación del jugador de anteponer obligaciones a la Santa devoción del fútbol domingo sí, domingo también), lograr que la permanente renovación de once titular y posibles cambios afectara lo menos posible al rendimiento deportivo, se ha presentado como un reto tan repetido como desmitificado para Fran y Pedro (la parte de la temporada que éste ha podido estar junto al equipo). Obstáculo que, en lo que a nivel defensivo se requiere (que es la línea analizada ahora), no ha impedido al equipo mantener y prolongar una fiabilidad que ha acabado por ofrecer muchos frutos a nivel colectivo.
Desde el ventajista punto de vista de toda temporada finalizada, la lógica y los datos obligan a descubrirse y reconocer como positivo el bagaje de una línea cuyas buenas actuaciones han llegado a ser reconocidas y felicitadas por jugadores (cabe destacar la de uno de los mejores arietes de esta categoría) y técnicos rivales, que ha permitido al equipo mantenerse más de 4 meses y medio sin perder en casa y que llegada la Copa Federación ha visto mantener su buen nivel, pese a la trasformación experimentada por la misma y la llegada de caras no solamente nuevas, sino en algunos casos excesivamente jóvenes y de estreno en esto del fútbol federado.
Al igual que en las otras líneas del equipo, en la defensiva comienza a emerger el fruto de un trabajo de dos temporadas en forma de mayor acoplamiento, confianza colectiva, seguridad y/o fiabilidad.
Como siempre, el fútbol dará y quitará razones, pero no parece un mal camino a seguir.
Con los puntuales errores comprensibles, especialmente en categorías aficionadas cuando de los mismos o más graves no se libran ni defensas mundialistas, pero cuyo análisis no se debe rehuir en busca de una permanente mejora, ya desde los partidos de probatura, el cuerpo técnico azulillo ya preveía en pretemporada una solvencia atrás que la temporada ha ido confirmando hasta los límites de lo innegable, en muchos encuentros.
De la presentación oficial de la plantilla, la mejor afición de esta categoría podía esperar en su línea de zagueros mucha continuidad presuponiendo la lógica mejora y madurez al haber pagado el peaje de una dura "temporada de bautismo futbolístico" y novedades en una serie de nombres que apostaban más músculo y presencia (con Javi Valverde, por ejemplo) o el impagable bagaje de muchos años y etapas previas de fútbol (caso del veterano Javi Pozuelo). Si algo pudo sorprender, sin duda, fue la ubicación de un felizmente rescatado y polivalente Frasco, al que nadie podía evitar mirar desde la más absoluta incredulidad en su posición de central.
Nada más lejos de la realidad, la última línea churra va a ir adquiriendo una especie de idiosincrasia propia, basada en la solidaridad y el sentido colectivo que le va a ir dando una solidez pasmosa, excepción hecha de algún "accidente futbolístico" cuyo recuerdo no es ni beneficioso evocar. Una solidez que se va a contagiar hasta a aquéllos que deben ocupar esas posiciones en partidos puntuales y no desentonan en nivel.
En un equipo y una categoría caracterizada por los obligados y permanentes cambios en las convocatorias y alineaciones (ante la obligación del jugador de anteponer obligaciones a la Santa devoción del fútbol domingo sí, domingo también), lograr que la permanente renovación de once titular y posibles cambios afectara lo menos posible al rendimiento deportivo, se ha presentado como un reto tan repetido como desmitificado para Fran y Pedro (la parte de la temporada que éste ha podido estar junto al equipo). Obstáculo que, en lo que a nivel defensivo se requiere (que es la línea analizada ahora), no ha impedido al equipo mantener y prolongar una fiabilidad que ha acabado por ofrecer muchos frutos a nivel colectivo.
Desde el ventajista punto de vista de toda temporada finalizada, la lógica y los datos obligan a descubrirse y reconocer como positivo el bagaje de una línea cuyas buenas actuaciones han llegado a ser reconocidas y felicitadas por jugadores (cabe destacar la de uno de los mejores arietes de esta categoría) y técnicos rivales, que ha permitido al equipo mantenerse más de 4 meses y medio sin perder en casa y que llegada la Copa Federación ha visto mantener su buen nivel, pese a la trasformación experimentada por la misma y la llegada de caras no solamente nuevas, sino en algunos casos excesivamente jóvenes y de estreno en esto del fútbol federado.
Al igual que en las otras líneas del equipo, en la defensiva comienza a emerger el fruto de un trabajo de dos temporadas en forma de mayor acoplamiento, confianza colectiva, seguridad y/o fiabilidad.
Como siempre, el fútbol dará y quitará razones, pero no parece un mal camino a seguir.
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