El pasado sábado, en el Municipal "El Tejar" de Santa Eufemia, puso el Atlético Cardeña punto final a su temporada liguera con un encuentro que reflejó y resumió los rasgos esenciales del año futbolístico liguero de los de la Villa del Parque Natural. Si hay 2 frases que pueden resumir las posibles sensaciones de este año, esas, quizás fueran: Esfuerzo sin Fruto y Mejor Juego y Sensaciones que resultados.
La trayectoria deportiva de la escuadra blanquiazul es digna de análisis del mejor sicólogo del momento. El profesional de turno, trabajo tendría, desde luego. Por ejemplo, ¿cómo se explica que una segunda vuelta magnífica en casa, con sólo una derrota, ante el SubCampeón de la categoría, no haya servido al equipo para mejorar la situación clasificatoria del final de la pasada temporada? ¿O que, buenas actuaciones lejos del Municipal "Pablo López sólo hayan dejado al equipo la insignificante recompensa de 3 empates, cuando, en 2 de ellos, se llegó con ventaja a la recta final del encuentro?
Sin dejar de reconocer el gran papel del conjunto de jugadores que, en la temporada pasada, asumieron el reto del regreso del pueblo al mapa del fútbol federado provincial (su atrevimiento y compromiso queda para la particular historia deportiva y futbolística local y será más valorado con el trascurrir del tiempo, a buen seguro) y la entrega e implicación de toda persona que formó parte del club, la llegada de gente nueva -las evoluciones de José Ángel, la completa temporada de Frasco, la espectacular recta final de Javi Valverde, la frescura contagiosa de Juanma y Javi Montoro, o la consistencia aportada al equipo por los jugadores veteranos recuperados para la causa, son ejemplos de ello-, la total adaptación al fútbol de competición y adquisición de madurez de quienes ya estaban el año pasado y la renovación del club en ciertos aspectos, ha parecido dar sus frutos, mejorándose en muchos aspectos y creciendo las posibilidades (a la par que las expectativas).
Por el contrario, está claro que, en un tramo largo de la temporada, las circunstancias no han acompañado. Con las circunstancias, en este caso, se hace referencia a ese conjunto de factores externos, que escapan a la capacidad de decisión, dominio o manejo de todo técnico, jugador o persona practicante de un deporte:
- Por ejemplo, la plaga de lesiones del primer tramo de campaña, unida a las vicisitudes laborales de muchos jugadores, han impedido al tandem Fran-Pedro configurar una convocatoria o un 11 titular, siquiera similar tres jornadas consecutivas. Lo que ha privado de la continuidad necesaria a cualquier sistema o forma de juego.
- Los arbitrajes tampoco han parecido, en un cómputo global, favorecer mucho, aunque, mirado con perspectiva, puede que, unos partidos por otros, podamos agarrarnos a la máxima futbolística de que "...al final, las que te dan por las que te quitan", de dudosa razonabilidad y difícil aceptación (a la vista de ciertas actuaciones, tanto para como en contra de la escuadra churra, vistas en la categoría).
Pero si hay algún factor que ha dado la espalda en la mayoría de los encuentros, limitando (jornada tras jornada) las posibilidades del equipo de salir de abajo, ese ha sido el de la falta de suerte en los instantes finales de los encuentros. Y es que lo de los últimos minutos de cada partido, más que la espalda de la fortuna, parece fruto de la fatalidad. Y el último encuentro, tras un enorme ejemplo de desgaste, sacrificio, trabajo y juego colectivo desplegado por el equipo sobre el campo que se va "al traste" en la última jugada de una interminable descuento, fue el último ejemplo de ello.
La conclusión es clara. Si los partidos del Atlético Cardeñá hubieran durado entre 8 y 10 minutos menos, el equipo hubiera sumado entre 12 y 15 puntos más de los que tiene, lo que lo hubiera dejado en una meritoria 5ª o 6ª plaza final, cuyos conjuntos ocupantes no han demostrado ser superiores al Atlético Cardeña en sus enfrentamientos directos. Si bien es cierto, que, en el otro lado de la balanza, en sendos partidos en casa ante Hinojosa y Belalcázar fue en esos últimos instantes en los que se rescataron empates de la nada, los encuentros en los que ha volado la victoria en esas maléficas franjas temporales de los partidos representan una incontestable mayoría.
El fútbol no ha premiado esta temporada con buenos resultados el buen juego y el trabajo del equipo en la mayor parte del campeonato. Pero como la vida, este deporte también concede segundas oportunidades. Y, sin solución de continuidad con el final de liga, llega la Copa, como una apetecible ocasión de resarcirse y saldar cuentas pendientes con una AFICIÓN de Matrícula de Honor y de los jugadores para consigo mismos. Merecerlo, lo merecen.
ESPEREMOS QUE, ESTA VEZ SÍ, LOS HADOS SE VISTAN DE BLANQUIAZUL....Y NOS SEAN PROPICIOS.
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